Situada en el límite de la provincia con Alicante, Oliva goza de 10 km de playas de arena inmaculada de aguas poco profundas, bordeadas por casi toda su longitud por dunas que separan los huertos de naranjo del mar. El centro de la ciudad de Oliva, bien conservado, está dividido entre la ciudad cristiana y el barrio morisco. Entre sus monumentos notorios se encuentran la iglesia archipelásica, el convento Rebollet, la «Torre de comare» (siglos XV y XVI), San Roque (siglos XVIII y XIX) y las ruinas del castillo de Santa Ana. También vale la pena visitar la casa de Gregorio Mayans y las casas señoriales que datan del siglo XVII al XIX de la calle Tamarit. El club náutico y el puerto deportivo ofrecen el ejercicio de diversos deportes acuáticos, incluido el windsurf. La zona favorece la práctica de la pesca en río y el senderismo en las montañas. La localidad cuenta también con un campo de golf de 18 hoyos. El Parque Natural de la Marjal de Pego-Oliva, un humedal de abundante fauna y vegetación endémica, es de gran interés ecológico.